El cristianismo fue condenado por Nietzsche como una fuerza de la decadencia. Según él, el cristianismo promovía la debilidad humana y la sumisión a Dios. Para Nietzsche, esto era contrario a lo que él consideraba ser los ideales superiores del hombre. Él creía que el amor, la bondad y la compasión eran signos de debilidad moral. Por lo tanto, para Nietzsche, el cristianismo estaba destinado a erosionar las fuerzas positivas en la humanidad.
Además de su desprecio por el mensaje central del cristianismo, Nietzsche también criticó algunos aspectos particulares del dogma cristiano. En particular, se opuso al concepto de original pecado y castigo eterno. Además, rechazó los elementos místicos del cristianismo como milagros o resurrecciones. También cuestionó la noción de justicia divina; creyendo que no había tal cosa como un «diablo» responsable del mal en este mundo.
Para Nietzsche, el verdadero veneno detrás del cristianismo era su promesa de vida eterna. Pensaba que esta idea podría distraer a las personas de sus objetivos naturales aquí en la tierra: luchar contra los problemas reales como pobreza o guerras. En cambio, Nietzsche exaltó un sistema moral basado en ideas griegas antiguas sobre excelencia personal y valentía frente a dificultades.
Según Friedrich Nietzsche, el cristianismo es una de las metáforas más utilizadas para explicar la existencia humana. Sin embargo, afirmaba que esta religión tenía algunos defectos y errores. Para él, el mensaje central del cristianismo de «amor» era un concepto demasiado simplista para explicar lo complejo que son los seres humanos. Además, creía que enseñaba a la gente a ser pasivos ante su destino y dependientes de Dios para obtener felicidad.
Para Nietzsche, muchas de las prácticas religiosas eran antinaturales e impedían el desarrollo individual. Alegó que también había un problema moral con el cristianismo ya que enseñaba los valores del sacrificio y el sufrimiento como virtudes superiores. Esto significaba que quienes buscaban llevar vidas plenas y saludables eran vistos como pecadores.
Otro punto negativo sobre la religion cristiana fue su falta de comprensión hacia la diversidad intelectual y cultural; promovía ideas tradicionalistas e ignoraban otras formas alternativas de pensamiento. Finalmente, Nietzsche consideró el cristianismo como un gran obstáculo para la liberación personal al privar a sus seguidores del derecho a elegir libremente sus propias acciones.